Mateo Gil.
Estrenada el año 2011, es un western ambientado en sudamérica que recuerda a los clásicos, siendo una película española sorprende ya que este género no suele revisarse en el cine patrio, salvo para comedias normalmente malas. Nos cuenta la historia de Butch Cassidy, un foragido americano que todos creían muerto en 1908 pero que se refugió en Bolivia durante 20 años, entonces decide regresar pero conoce a un ingeniero español que ha robado al dueño de las minas en las que trabajaba, decide ayudarle a escapar para repartirse el botín, pero en el camino descubre que le robó a los indios por lo que decide matarlo. Lenta, la historia se masca poco a poco y transcurre a un pausado ritmo, los actores están muy bien y sugieren y trasmiten emoción y tensión, la fotografía es estupenda, la persecución en el desierto de sal es magnífica. En resumen, no es una obra maestra pero es una buena película con recuerdos y aromas a clásicos pasados. Valiente el director. (7/10)
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